El aluminio y la enfermedad de Alzheimer
( Publicado en Revista Creces, Mayo 1991 )

Durante los últimos años se ha puesto de moda la controversia sobre el papel del aluminio en la enfermedad de Alzheimer. Algunos piensan que el aumento de aluminio en el tejido cerebral es la causa que precipita la enfermedad, mientras otros opinan que esta acumulación sería un rasgo secundario de la enfermedad.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Toronto han dado un paso en el sentido de confirmar el rol etiológico del aluminio en el Alzheimer. En una conferencia dada en el Ministerio de Salud de Ontario, los doctores McLachlan y Kruck dieron cuenta de una experiencia clínica, realizada en pacientes con Alzheimer, que utilizó una droga conocida como desferroxamina y que es capaz de secuestrar aluminio de la célula.

En el estudio citado los investigadores canadienses utilizaron 48 enfermos, divididos en dos grupos. Uno recibió desferroxamina y el otro quedó como control. Luego de dos años de tratamiento, los resultados mostraron que el grupo que recibió la droga que une aluminio evolucionó en su enfermedad en forma mucho más tardía que el grupo que no la recibió.

Estos resultados parecieran darles la razón a los que postulan al aluminio como causante de la enfermedad, lo que además se confirmaría con el resultado de las autopsias realizadas en pacientes y algunos datos de la epidemiología, que muestran que en comunidades de Gran Bretaña y Francia en las que el nivel de aluminio de las aguas es mayor que el normal, se produce un moderado aumento de la incidencia de Alzheimer.

Otros investigadores asignan a la transferrina, proteína reputada originalmente por su capacidad de unir hierro, un papel principal en la causa del Alzheimer. Estos científicos afirman que en el caso de esta enfermedad, la proteína se produce en forma defectuosa y - como también tiene la propiedad de unir aluminio- produce un desbalance que aumenta significativamente el nivel de aluminio intracelular.

Una vez dentro de la célula - por razones aún no aclaradas- el aluminio interfiere la correcta expresión del mensaje contenido en el DNA. Según los autores canadienses, se produce una situación tal que pareciera como si "echaran engrudo en las páginas de un libro".

La posible terapéutica con desferroxamina no está exenta de problemas. La experiencia terapéutica actual está asociada a su uso en intoxicaciones por hierro y alerta por efectos colaterales, tales como náuseas, anorexia, y el peligro de sordera y ceguera. Por estas razones, los científicos canadienses utilizaron una dosis equivalente a la vigésima parte de la utilizada para tratar la intoxicación por hierro.

Los datos acumulados a la fecha hacen pensar que, al menos, la hipótesis del aluminio no es descartable a priori cuando se definen las causas posibles del Alzheimer, lo que a llevado a algunas autoridades a preocuparse sobre el nivel de aluminio en aguas, alimentos, incluso, cosméticos.



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